El domingo, durante la paliza de los Bombarderos del Bronx a los Rockies (10-3), desde las tribunas del Yankees Stadium el público gritaba: «¡Por favor, contraten a Soto!», «¡Por favor, Soto quédate!» o «¡Retengan a Soto!».El lunes, el jardinero llegó a Washington, donde comenzó su carrera en la MLB en 2018 y uno de esos «mercados pequeños» que pudieran ser agresivo en la puja por sus servicios. El Washington Post fue directo y tituló un amplio reportaje: «El próximo paso en la reconstrucción de los Nacionales: traer de vuelta a Juan Soto«.Ni el avance de la temporada ni su tórrida ofensiva despeja dudas sobre dónde jugará a partir de 2025 el jardinero dominicano, una pieza por la que el mayor interesado tendría que depositarle hasta 10 veces el valor del gigante diamante descubierto este mes en Botsuana.
Jeff Passan, uno de los periodistas mejor informado en la industria del béisbol, escribe en ESPN.com que algunas de esas fuentes que les ayudan a menudo a publicar exclusivas les aseguran que la batalla por Soto se reduce a los dos equipos de Nueva York
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